En el río

Hablando ayer con un amigo, nos pusimos a pensar en cuántas cosas perdimos (no sólo nosotros, en general los Argentinos). Ya ni a Diego ni García disfrutamos en compañía. ¡Qué desperdicio! ¡Qué bochorno, si señor! ¿A dónde se fueron los jóvenes de ayer? ¿A dónde fue la juventud, el idealismo, los genios que solían aparecer? La inocencia, la decencia, ¡la paciencia! Ya no hay ciencia ni vergüenza
¡Qué vivan los setenta! ¡Los sesenta, los ochenta y por qué no los noventa! ¡Viva Sui Generis, la vanguardia y el nuevo génesis! Viva el tenis, el fútbol ¡Sergio Denis! Tu beso, el jardinero, no el Congreso. La inglesa Chester, ¡que viva Drexler, Les Luthiers y Píscore Esther!
Viva te sentías vos cuando eras mía

"Si toma para olvidar, pague antes."

así dice la pared de un baldío de mi ciudad.

Las buenas nuevas del F.B.I

Otro de los amigos de nuestra querida Cristi aseguró ayer que el dinero que traía la valija era de parte de Chávez al Rey y la Reina Kirshner para la campaña de la señorita Fernández.

Retrato de un colega de Buenos Aires

Al parecer era un regalo de bodas que nunca llegó y ahora, con el nuevo movimiento anti-Bush (latinoamericano, bah) que se puso de moda, al presidente de nuestros hermanos venezolanos se le ocurrió oportuno enviarlo con uno de sus secuaces.

Cuando le preguntaron a la excelentísima y bien estirada Presidenta acerca del suceso y las lágrimas de Kauffmann, dijo: “no entiendo por qué tanto alboroto, después de todo Néstor y yo nos merecemos un regalo de vez en cuando, supongo que para el resto del Mundo no es justo que una mujer reciba dinero en valija”.

Nuestro enviado especial quiso preguntarle a la Cristi acerca del triángulo Néstor-Hugo pero fue expulsado de la Casa Rosada de inmediato, no sin recibir un ronroneo y un guiño de ojo de parte de la Reina.

Los mantendremos informados.

A la victoria ¿siempre?

Si fuera cierto que la lucha es por algo justo, las cosas se harían como deben hacerse, pero lamentablemente es todo por poder, ellos rey y reina, nosotros, peones, carnada, frente de línea.
¡Mierda!